Nació en Llandaff, País de Gales en 1916. Su padre, Harald Dahl procedía
de una pequeña ciudad vecina a Oslo llamada Sparsborg y fueron sus ansias de
hacer fortuna quién lo llevó a emigrar a Francia donde en compañía de un
paisano noruego fundó una compañía dedicada a suministrar víveres y
combustible a los barcos. En Francia conocería a su primera mujer Marie con la
que tuvo dos hijos. Pero las expectativas del negocio no eran buenas por lo que,
junto con su socio, optó por trasladar sus actividades mercantiles a Cardiff al
sur del País de Gales donde se encontraba el mayor puerto carbonero del
mundo en aquella época, fundando la empresa Aadnesen & Dahl. Marie, con la
que tuvo dos hijos, falleció durante el parto del segundo hijo. En un viaje a
Noruega conoció a la que sería su segunda mujer y madre de Roald, Sofie
Magdalene Hesselberg con la que tendría 4 hijos más. Roald fue el tercero de
un grupo de 5 donde el resto eran todas mujeres, descontando en este cómputo a
sus dos hermanastros mayores fruto del primer matrimonio de su padre.
Su padre influyó mucho en la sensibilidad artística de sus hijos toda vez
que tenía un profundo interés por lo bello, lo que demostraba llenando la casa
con hermosos cuadros y mobiliario selecto.
Cuando Roald contaba con 3 años, su hermana mayor Astri murió de apendicitis.
Esta tragedia sumió a su padre en una profunda depresión agravada con una
pulmonía que lo llevaría a la tumba unos meses después. En consecuencia Sofie
que está embarazada, se ve con la muerte de una hija y su marido en un lapso de
tiempo brevísimo y a cargo de 3 hijos propios y dos del anterior matrimonio de
Harald. Esta situación fue un punto de inflexión en la vida de la familia que,
relativamente acuciada con problemas económicos, tiene que trasladarse a una
casa más pequeña en Llandaff donde nace su hermana pequeña.
Hasta los 6 años, transcurre la vida de Roald en Llandaff con viajes a Noruega
durante el verano donde están los orígenes de sus padres y por tanto su
familia. Además los niños hablan perfectamente noruego y esas vacaciones
veraniegas constituyen para Roald toda una experiencia festiva. Es en esta edad
cuando ingresa por primera vez en la escuela, concretamente se trata de un
parvulario. Un año más tarde ingresa en un colegio preparatorio para varones
en Llandaff muy cercano a la catedral de esta ciudad.
La educación de Roald viene determinanda en origen por la voluntad de su
padre que deseaba que sus hijos fuesen educados en Inglaterra ya que sostenía
que las instituciones educativas inglesas eran las mejores del mundo.
No
fue feliz en la escuela, ni en Llandaff Catedral School, ni en la escuela
preparatoria de St Peter en Weston-super-Mare, ni más tarde en Repton,
Derbyshire. Destacaba en deportes, especialmente como peso pesado de boxeo, pero
era considerado por su profesor de inglés “incapaz de ordenar sus
pensamientos sobre papel”. No obstante, había una ventaja en ir a Repton: la
escuela estaba junto a Cadbury’s, y la empresa involucraba regularmente a los
escolares en la prueba de nuevas variedades de tabletas de chocolate.
Sus malos tiempos en la
escuela iban a influir enormemente en su escritura. Una vez dijo que lo que le
distinguía a él de la mayoría de los escritores para chicos era “este
asunto de recordar cómo era ser joven.” La infancia de Roald y sus días de
colegio son el tema de su autobiografía “Boy”.
A los 18 años, Roald,
en vez de ir a la universidad, se apuntó a la expedición de la Public School
Exploring Society (Sociedad exploradora de las Escuelas Públicas)
a Newfoundland. Después empezó a trabajar como vendedor para la Shell, en Dar
es Sallam. Tenía 23 años cuando estalló la guerra, y se alistó en la RAF en
Nairobi. En un principio, los médicos lo rechazaron por su altura (6 pies y 6
pulgadas), pero fue aceptado como oficial piloto y pasó la
primera parte de la guerra pilotando cazas Gladiator contra los italianos en el
desierto occidental de Libia. Las hazañas de Dahl en la guerra están
detalladas en su autobiografía Going Solo; entre ellas tener la
“luger” del jefe de un convoy alemán apuntándole a al cabeza, estrellarse
en tierra de nadie ( y sufrir heridas que provocaron que le sacaran la nariz y
se la rehicieran) e incluso sobrevivir a un impacto directo durante la batalla
de Atenas.
Finalmente, fue enviado
a casa como inválido, pero transferido, en 1942, a Washington como Agregado
Militar Aéreo. Allí comenzó en serio su carrera como escritor, después de un
encuentro con C. S. Forrester, el autor de Captain Hornblower. Forrester
le pidió a Dahl que le contara su versión de la guerra, con la intención de
hacer un relato ("pan comido")
para una futura publicación. Dahl escogió plasmar sus
experiencias sobre papel. Forrester quedó tan impresionado que inmediatamente
buscó a un editor de revista para su publicación. Roald se quedó en los
Estados Unidos, alcanzando renombre por sus historias cortas para revistas y
periódicos.
La primera novela para
niños de Roald Dahl no fue, como muchos creen, James and the Giant Peach ("James
y el melocotón gigante") sino The Gremlins, que fue publicada en 1943, y adaptada de un guión
escrito para Disney. Dahl continuó escribiendo guiones de películas, entre
ellas la aventura de James Bond You Only Live Twice (Sólo se vive dos
veces) y Chitty Chitty Bang Bang. No le gustaron muchas de las
adaptaciones cinematográficas de su propia obra que aparecieron a lo largo de
su vida.
Dahl y su familia
regresaron a Inglaterra en 1960 y se establecieron en Gipsy House (la casa
gitana) en Great Missenden, Buckinghamshire. Fue allí, en una pequeña cabaña
al fondo del jardín, donde escribiría la mayoría de sus inolvidables libros.
A decir de todos, la cabaña era un lugar pequeño y sombrío pero que Roald veía
como un refugio acogedor. En Harper & Queen, Christopher Simon Sykes
recuerda: “Una cortina de plástico sucia cubría la ventana. En el centro había
un sillón de orejas descolorido, heredado de su madre, y era allí donde se
sentaba Dahl, con los pies encima de un baúl, con las piernas tapadas con un
trapo de cuadros apoyando un rollo
de papel ondulado sobre el que apoyaba su tabla para escribir había dibujos,
fotografías y otros recuerdos pinchados por las paredes, y, a su derecha, una
mesa cubierta por una colección de sus curiosidades favoritas, tales como uno
de los artríticos huesos de su cadera, y una extraordinariamente pesada bola de
papel hecha de papel de plata usado en las muchísimas chocolatinas consumidas
en su juventud.”
La carrera de Roald pasó
a un segundo plano cuando la familia sufrió varias tragedias. Su hija mayor,
Olivia, falleció después de un
sarampión que degeneró en una encefalitis (inflamación del cerebro). Theo, su
hijo de tres años, sufrió daños cerebrales tras un accidente de carretera.
Con la ayuda de dos amigos, un ingeniero y un neurocirujano, Roald pasó meses
desarrollando una válvula para drenar líquido del cerebro y permitir a Theo
vivir sin dependencia de los aparatos. La válvula Wade-Dahl-Till todavía se
usa hoy en día y Theo ha tenido una espectacular recuperación; a los treinta años
se ha casado recientemente.
Patricia Neal, la primera mujer de
Roald sufrió tres ataques masivos, pero con la ayuda y el ánimo de Roald se
recuperó lo suficiente para reanudar su carrera de actriz.
Tanto James and the
Giant Peach ("James y el melocotón
gigante") como Charlie and the Chocolate Factory ("Charlie
y la fábrica de chocolate") fueron publicadas
en los Estados Unidos varios años antes de que lo fueran en el Reino Unido en
1967. Del último, Elaine Moss escribió en The Times:" Es el libro para niños
más divertido que he leído en años; no sólo divertido sino también que conmueve al corazón joven.” El libro alcanzó
gran éxito en todo el mundo. La edición china fue la mayor impresión bibliográfica
nunca vista: ¡dos millones de ejemplares!
A continuación vino un
rosario ininterrumpido rosario de “bestsellers”, como The BFG ("El
gran gigante bonachón") , Danny the
Champion of the World ("Danny, el campeón
del mundo"), The Twits ("Los
cretinos"), The
witches ("Las brujas"), Boy y Going Solo
("Volando solo"). Las ventas de Matilda, el penúltimo libro de Roald, rompió todos los récords
anteriores para una obra de ficción para niños con ventas en el Reino Unido de
más de medio millón de copias en seis meses. Roald Dahl murió el 23 de
noviembre de 1990 a los
74 años en Oxford. Estaba trabajando en The Vicar of Nibbleswicke (El párroco de
Nibbleswicke).
Desde la muerte de Roald
Dahl, sus libros han mantenido su popularidad. El total de ventas en el Reino
Unido ronda los 30 millones, con más de un millón de copias vendidas al año.
Las ventas han aumentado particularmente en Estados Unidos, donde los libros de
Dahl están alcanzando ahora el estatus de “bestsellers”, que curiosamente
le fue esquivo durante su vida.
En una encuesta del Día
Mundial del Libro de 1999 realizada entre 15000 niños de 7 a 11 años. Matilda
fue votado como el libro infantil más popular. Charlie y la fábrica de
Chocolate, Los cretinos y El Gran Gigante Egoista aparecieron también entre los diez primeros.
Las películas de James
y el melocotón gigante y Matilda han tenido mucho más éxito, comercial
y artísticamente, que las primeras adaptaciones. Una película sobre El Gran
Gigante Egoista y una nueva versión de Charlie y la fábrica de
chocolate están en
preparación.
La “Roald Dahl
Children’s Gallery (Galería de niños de Roald Dahl), parte del Bucks County
Museum de Aylesbury, es una importante atracción para todos los fans de Dahl.
El South Wales Echo (El
Eco de Gales del Sur) está actualmente llevando a cabo una campaña para que
una calle de Cardiff lleve el nombre de Dahl. ”Él habría estado absolutamente
emocionado”, dice Liccy.
A lo largo de su vida
Roald Dahl donó dinero para los necesitados. Después de su muerte, su viuda
Liccy Dahl, estableció The Roald Dahl Foundation para continuar con esta
tradición. La Fundación ofrece becas en tres áreas básicas: alfabetización,
neurología y hematología, apoyando o financiando proyectos que ayuden a la
gente de forma práctica. La fundación esta también acercando la música clásica
a los niños haciéndola divertida, a través de composiciones musicales basadas
en la obra de Roald Dahl. Para más información se puede contactar con la
Fundación Roald Dahl en el teléfono 01494890465.
Pese a que su labor como
escritor ha sido mundialmente reconocida en el campo de la literatura infantil,
Dahl también escribió libros y cuentos para adultos aderezados todos ellos con
un intenso humor negro unos y con una paradójica carga erótica otros, sabiendo
mezclar hábilmente ambos ingredientes en una tercera categoría. Muchos de sus
cuentos para adultos fueron llevados a la pequeña pantalla. Sin duda la más
famosa antología de Roald Dahl es "Tales of the unexpected" ("Relatos
de lo inesperado") donde el título es lo suficientemente elocuente
para deducir que se trata de una colección de cuentos
Otros libros y
antologías para adultos son: "La
venganza es mía S.A.", "Mi tío
Oswald", "El gran cambiazo",
"Historias extraordinarias".
ALGUNAS OPINIONES DE SUS FAMILIARES Y AMIGOS
“Terminé
pasando cuatro horas con el autor ... indeleblemente grabadas en mi memoria.
Vestía una camisa azul oscura con pantalones cortos azules de los cuales
salían sus interminables piernas como si fueran dos bastones; su cara alargada
enjuta y tremendamente expresiva estaba por arrugas producto de años de risas,
su boca siempre cerca de la sonrisa, que asomaba a sus ojos a cada rato. Dahl
era una compañía divertida, interesante y estimulante, y un anfitrión
encantador, detallista y entretenido”. Maria
Leston, Time Out.
“Todas las noches, después de que mi hermana Lucy y yo nos fuésemos a la
cama, mi padre subía lentamente las escaleras, con sus huesos crujiendo más
que los escalones, para contarnos una historia. Lo veo ahora apoyado en la pared
de nuestro dormitorio, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida,
buscando en su imaginación. Era allí, en nuestro dormitorio, donde él
empezaba a contar las historias que más tarde se convertían en los libros que
ustedes conocen.” Ophelia Dahl.
“La encantaba
coleccionar cosas. Cuando era joven eran huevos de pájaro y envoltorios de
chocolatinas. De adulto, coleccionaba vino y cuadros. Pero también coleccionaba
ideas. Tenia un pequeño cuaderno donde anotaba palabras cuyo sonido le gustaba.
Su mente era nerviosa, como sus dedos, que estaban siempre en movimiento, como
si quisiera envolverlos alrededor de un lápiz y seguir escribiendo.” Ophelia
Dahl.
“Lo hacía todo con
brío. Preparaba unos huevos escalfados que servía en trozos de pan
frito a los que hacía unos agujeros para que parecieran nidos. No había un
momento en el que no estuviera inventando o haciendo la vida divertida.” Liccy
Dahl.
“Para aquellos que
lo conocían bien lo más importante era su fantástico entusiasmo y su gran
generosidad. “¡Extraordinario!”, solía gritar montando una mesa repleta de
su comida favorita: gambas noruegas, o langosta, o caviar o un exquisito bistec. Sus afortunados invitados eran forzados a repetir dos o tres
veces. Con el café, ponía en la mesa una mugrienta caja de plástico repleta
de golosinas de chocolate, irresistibles tanto para los perros como para los niños
y adultos.” Spiv Barran, cuñado de Roald.