Sof ía
es una niña, huérfana por supuesto, que una noche desde la habitación
del orfelinato observa como un gran gigante se dedica a mirar por las
ventanas de las casas del pueblo hasta que se percata de que la niña lo
observa. El gran gigante introdujo su manaza en la habitación y, con
delicadeza tomó a Sofía llevándosela consigo al país de los gigantes.
Afortunadamente para Sofía, su raptor resultó ser un gigante atípico en
el mundo de los gigantes donde los niños eran un plato exquisito.
Así comienzan las aventuras de esta niña que,
mediante un aluvión de preguntas propias de su curiosidad infantil, va
introduciéndose en la cultura y vida de estos seres de fábula al mismo
tiempo que es objeto de la ternura y cariño del gran gigante bonachón
que la defiende de sus congéneres menos escrupulosos y ávidos de carne
fresca.
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